lunes, 12 de agosto de 2013

De la ciudad a la Montaña.



Un tren que pasa a plena madrugada son las 2:30am, el insomnio se apodera de mi y es que los dioses se empeñaron para abandonar este ser, morfeo no aparece para apoderarse de mi cuerpo y cupido miente cada día mas.

Me acostumbre a dormir poco en las noches, porque me dedico a pensar, a tomar trenes que tienen su rumbo, cada uno con destinos diferentes, hoy la ruta eres TU.

Que harás? Como te ira? Que haces? Con quien estas? Me dejaste de amar? Me recordaras?

Son algunas de las preguntas que me hago todos los días a la misma hora.

Mi cuerpo postrado en la cama, se escucha el sonido del ventilador, un palo de agua, el sudor moja mi almohada estoy casi desnuda y ese uno mas de tantos que ocupa el otro espacio de la cama, no aguanto el calor, nunca duermo sin medias pues me encanta despertar e ir al baño descalza, retomo mis recuerdos de campo y mi cuerpo se queda mientras mi alma se va de viaje a la montaña.

Allí donde conocí el primer amor, allí donde el frío del páramo golpeaba mi rostro y lo quemaba, allí donde me duchaba un día si y otro no por el frío que hace, allí donde como helados, probé la chicha de viento y me envicie, allí donde nace y vive mi fe y la del pueblo de la grita, allí donde mi borrachera pudo mas que cualquier miedo, pues aquí estoy.

Llego al terminal en un viaje cansado pues iba en buseta desde caracas a san cristobal, haciendo transbordo de san cristobal a los pueblos de la montaña. 

Culmina mi viaje, llegar respirar el aire puro, sentir como la brisa fría acaricia mi rostro, un sustico, un vacío, llegas y te sientes como en casa.

Comienza el recorrido desde la busca de hospedaje hasta la salida a la plaza en busca de comida, recorrer las mismas calles que hace años no pisaba, la gente en su corre-corre, ver a tantos conocidos, saludar, hablar y seguir el recorrido.

Largo el camino y consigo el "Hotel de Montaña" que cuenta con la exhibición de los mejores paisajes andinos, de la cuesta de siembra, sin falta los mitos y leyendas.

Mas recorrido sentada a la orilla del río, en esa taza donde hoy hay chocolate caliente, donde comencé a tener la tradición por ser tierra sagrada y de milagros, prometer y cumplir; a ti fue dirigida mi primera promesa y es algo tan fuerte que aun después de tres largos meses no puedo, no se me permite dejar de cumplirla.

Palabras como: "Hoy en el sin fin de una montaña, en la suave brisa fría que acaricia mi rostro, con las mejillas rosadas de lo quemadas que estaban, con nervios pero jamas con miedo, por primera vez, no fue el mismo pueblo sagrado quien me dio el amor, pero alli lo plante, no es gritense, no es un gocho, es caraqueño y con ese me quedo, un diciembre catorce me llevo a conocerte, bajo el efecto de los tragos, bajo la amarga infidelidad disfrutada, allí después de una foto en el baño, mi boba curiosidad, esa picara sonrisa, ese día fuiste mi amor, mi gran amor, que luego un dos después de unos largos meses de intento me dejo entrar a su vida, ahora, aquí; Prometo amarte hasta el fin de los tiempos, prometo que si no logramos estar en esta vida estaremos en la próxima, prometo caminar a tu lado siempre.

De nuevo a la ciudad, te vi, nos vimos, nos escuchamos, observamos, hicimos una docena de veces el amor, unas veces con unos tragos demás, otras con la miradas, te lleve a mis espacios donde no esta permitido, pero por la confianza que me inspirabas y aun lo haces, seguiría llevandote, FIN; luego de largos meses de felicidad, peleas, sonrisas y lagrimas, llegaron los terceros y mi amor fue desplazado, mi mente te trae y mi alma sigue en la montaña, veo correr las aguas heladas, asi corre tu amor, ahora, corre entre las piedras, asi como tu entre las personas, corre y se estanca alli estas tu, estancado de una misma manera de vivir, en una misma rutina, en unas ganas intensas de cambiar, pero el cambio no llega cuando tienes mil piedras debajo de ti, sufriendo, sientiendo y pensando como lo hago yo.

Llego a la ciudad, regreso a sus autopistas, vuelvo, me veo en la cama sin poder moverme, intento entrar a mi cuerpo pero hay un muro con un blindaje que no lo permite, para volver debo terminar algo, tu imagen vuelve a mi, con una canción de melendi, las palabras que no estan a mi diccionario como "Desistir, Rendirse" vuelven y decido viajar de nuevo por la autopista, voy a verte, llego a la puerta de tu casa, veo a tu hermana, a tus amigas, todo sigue en el mismo sitio, allí estas tu, me siento a tu lado tu no puedes verme, no puedes sentirme, piensas en muchas cosas, voy hacia tu habitación, me siento en tu cama, tu ya vas a dormir, te doy el ultimo beso que no puedes corresponder, digo un Te amo que no puedes escuchar, me despido salgo, vuelvo a mi cama, logro entrar a mi cuerpo, despierto, respiro, esta el mismo ventilador, esta la misma lluvia, estoy bañada en sudor, pienso que fue un sueño pero es muy real, tan real como mi recorrido de la ciudad a la montaña y su retorno, tan real como que aun te amo y no dejo de pensarte, tan real como me convertí en un ser impensable, despreciable, tan real como que escribi esta nota mientras mis dedos se deslizaban solos, tan real como tu decepción hacia mi y mi decepción hacia a ti, tan pero tan real, como que quiero verte, sin hablarte, que sean mis ojos quienes lo digan todo, tan real como las ganas que tengo que mirarte y decirte Cuanto Te Amo.


De la ciudad a la montaña, aun yo te sigo amando.... Así de real es todo.


Emily Vera G

Agosto 12 2013 

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