domingo, 28 de diciembre de 2014

La Razón de mi Alegría.


"Tu risa me hace libre, me pone las alas. Soledades me quita, cárcel me arranca".

Miguel Hernández.


   
Nací en Venezuela hace 24 años. Aquí nació mi padre y mis abuelos. Mi madre es Ecuatoriana y sus antepasados ecuatorianos, ella es nacionalizada Venezolana.

Aquí también nació la persona que amo, sus padres y sus abuelos, aquí también han nacido mis amigas y mis amigos.

Aquí viven mi madre y mis hermanos. 

Tenemos, todos, el cuño "Venezolano" tatuado en la piel.

Hemos construido juntos una familia Arriagada a esta Tierra nada me llena más de alegría el hecho de que Camila, la prima mas pequeña, me dijera ayer, al margen de los árboles, las luces y las celebraciones, "Nunca me voy a ir de Venezuela; quiero ayudar a cambiarla". 

También me alegra que mis otras dos grandes amigas, Roxana y Barbara, habiendo vivido poco tiempo en el extranjero, teniendo raíces en Málaga y Buenos Aires, hayan decidido hacer aquí su vida y que los dos varones de mi familia Gustavo Enrique "Tavo" y Joseph Alexander "Jou", a pesar que pueden buscar la manera de irse del país en busca de una mejor vida, opten también por quedarse en su patria.

Jamás, aunque estuve durante los últimos años viajando y recorriendo el país, he pensado en irme de aquí pero si se diera la oportunidad y saliera de las fronteras de mi patria y si la muerte llegara alcanzarme afuera, quisiera como dice la canción "Que digan que estoy dormida y me traigan aquí".

Esa idea de que repatriarán mi cadáver, me obsesionaba desde muy pequeña cuando mi madre decía que ella quería morir en su tierra "Guayaquil" y aun revolotea la misma idea cuando pienso en viajar, en condiciones ciertamente muy distintas, se hace presente en mi cabeza.

Reconozco a Venezuela en la mirada serena y paciente de Yajaira y Sonnia, en la tenacidad y valentía de Gustavo y Encarnación, mis padres.

Reconozco a Venezuela en las palabras de Gaby, Rosa, Roxana, David, Káiser, Kerbyn, Franchesca, Adelin y Petter. En las sonoras musicales de La Billos o Tío Simón, Reconozco esta patria en las voces que se alzan con carácter, en la de Yanielle Andrea "Keki", en la seguridad de Nancy, Rosa, Isabel o Ramón, en el silencio de Marielci, en la mirada Fría y Tensa de Marielvi, en la sonrisa y el sentido del humor de Kerfeld, Keylimar y Nerio.

En la irreverencia de Viviana, en el conocimiento científico de Sabrina, en la inocencia de Andreina, su hermana y en la vitalidad y fuerza de Nahomy.

La veo en los trabajos arduos en equipo de Vanessa, Gabriela, Blanka, Cristhian y Grecia, en la honestidad y tranquilidad de Alejandro y en la Audacia y Sabiduría de Julio.

Reconozco a Venezuela en todas esas caras nuevas autor conocidas, en la de la doctora Adriana, en la constancia y resistencia de Eleazar y en la de la risa contagiosa de Miurka, la reconozco con todas y cada una de la esencias.

Veo a mi país en sus manos, lo adivino, dibujándose, creándose, en cada uno de sus gestos, en cada una de sus actitudes, en los delicados rasgos de sus rostros.

Es mi patria, su larga cabellera amarilla, sus ojos azules y sus labios rojos. Es mi patria aquella que nos hipnotiza con sus costas y hasta con su rico pabellón.

Aquí nací, aquí nacimos. A este país nos debemos y la razón de mi alegría es también esa certeza compartida, familiar, cotidiana; ese amor común que a padres y a hijos nos hermana.

Amamos el paisaje, sus llanos, sus ciudades, las montañas, las costas, los páramos, amamos lo variado de la patria, la diversidad de acentos y sonidos que la pueblan, de los colores de piel, credos y preferencias que luchan por romper los estrechos moldes de la tradición, los olores de su cocina, la sonoridad de su esperanza casi siempre fallida pero siempre presente..

Amamos su memoria y su futuro abierto; ese en el que Camila, Miguel David, Xander Gabriel, Sophia, Isaac y muchísimos niños quieren participar.

Exploramos los meandros de nuestro pasado leyéndonos en su geografía, en sus muros y en su gente, a muchos nos emociona y conmueve mas que a la gesta heroica de los próceres, la hazaña cotidiana y sencilla de la sobrevivencia. 

Así somos; una familia mas, una entre millones pero familia al fin. Nacida en Venezuela, comprometida con este país, nuestro país. Alegre si, pero también dolorida por vivir en el.

Nos duele la miseria de tantos. Nos indigna la opulencia de tan pocos.

Nos encabrona la impunidad y la simulación. 

Nos lastima saber que es la corrupción una segunda piel que, pese a todo, gobierne quien gobierne, no podemos sacudirnos.

Nos conmueve la fe profunda de los mayores y el desenfado con el que miran la vida los que apenas comienzan a transitar por ella; nos subleva que, aprovechándose de esa fe profunda, los altos clérigos, apoyados por el poder político, promuevan la discriminación y la intolerancia y nos entristece ver a los jóvenes de mi generación abandonados a su suerte; muchos sin estudios ni empleo, a merced de la droga y la inseguridad.

Sentimos como propia la alegría ajena y se nos contagia fácil la indignación ante los frecuentes y casi siempre impunes agravios del poder y de los poderosos que ceban en los más vulnerables.

Somos pues, como otros tantos de esos que bailan al son que nos toquen.

De aquí somos, Aquí vivimos, algunos de esos tan preciados hermanos que trabajan y reúnen como dirían los maracuchos "Cuanto cobre tengan" porque deben irse del país. 

Y es así! Como se van los sueños, se fugan los talentos y se auto exilian a través de las maletas y un pasaje fuera de nuestras fronteras buscando oportunidades para una vida digna.

En mi caso y en de muchos con los que comparto las ideas, los debates, la calle, el deber social, en el caso de los hoy presos por pensar distinto, en el caso de aquellos que hemos estado tras las rejas defendiendo las convicciones y libertades, décimos, Nos nos vamos! Ni por los criminales, ni por los corruptos. Ni por los que tienen secuestrada a la patria, ni mucho menos por aquellos que la han ensangrentado.

Los Venezolanos de esta generación, tampoco somos de aquellos que cedemos graciosa y tranquilamente, ante la andanada de propaganda, miedo y terror que han sucumbido a muchos herederos de esta tierra que compartimos. Nosotros no abandonamos nuestras convicciones.

Creemos y trabajamos por una Venezuela más libre, más justa, más democrática y en eso estamos convencidos, no pueden seguir habiendo medias tintas.

Lo mío no es la euforia fanática ni mucho menos las ganas de tener el poder en mis manos, antes bien les temo, pues se muy bien de los crímenes de lesa humanidad que en nombre de dios y la patria se cometen a diario.

Solo hablo de mi país, como quien habla amorosamente de su familia y hablo de mi familia como una familia amorosamente comprometida, hablo de mis amigos y conocidos donde se retratan caras con pensamientos distintos, hablo del niño lleno de barro, del medico de la emergencia que salva vidas, del funcionario, del señor que maneja el taxi, de la ama de casa, hablo de aquellos que viven en situación precaria, hablo de los que han dado su vida por la patria, hablo de Sairam Rivas y de todos los estudiantes que buscan vencer las sombras, hablo como una mas de tantas personas, hablo de los Venezolanos.

Es este! Si! Es este uno de esos días donde puedo decir fácilmente que lo expresado en estas líneas es....




                                                               La Razón de mi Alegría! 

Emily Vera G
Diciembre 28-2014